Buscar este blog

martes, 16 de diciembre de 2025

 Mi abuelo, LORENZO COTRINA VERAMENDI,  fue un gran narrador de cuentos, comparto un cuento de su autoría

La Profecía del Venado 

Cuentan los viejos arrieros, aquellos que como mi abuelo surcaron los caminos de herradura de la sierra y la costa ancashina, que el destino es un nudo ciego que nadie puede desatar. Esta es la historia de Juan, un relato que el viento de la puna susurra cuando la neblina desciende y los cerros callan.

Juan vivía en un recodo olvidado de la sierra, protegido por las inmensas jirkas tutelares. Era un hijo ejemplar, el báculo de la vejez de sus padres. Sus manos, diestras tanto para la labranza como para el fusil, proveían siempre el sustento. No había venado ni tarugo que escapara a su ojo certero en las altas y frías soledades de la puna.

Pero el destino, caprichoso y cruel, tejió su red una tarde de cielo plomizo.

Juan había caminado leguas enteras. Cruzó riachuelos helados y bordeó lagunas oscuras sin avistar presa alguna. Cuando el sol comenzaba a ser devorado por las montañas y las sombras se alargaban, divisó a lo lejos un venado macho, imponente, con una cornamenta que parecía tocar el cielo. Juan se arrastró entre el ichu, contuvo el aliento y apuntó. Su dedo acariciaba el gatillo cuando el animal giró la cabeza. No había miedo en sus ojos oscuros, solo una antigüedad abismal.

Entonces, el silencio del páramo se rompió. El venado no bramó; habló con una voz humana, serena y terrible:

—Guarda tu arma, joven cazador. Guárdala hoy, para que mañana mates con ella a tu padre y a tu madre.

Las palabras cayeron como piedras sobre el alma de Juan. Antes de que pudiera reaccionar, el animal se desvaneció entre los bosques de quinuales como si fuera humo.

Juan bajó el arma, temblando. Una lluvia torrencial se desató, acompañando su retorno. En cada trueno, en cada gota que golpeaba su rostro, escuchaba el eco maldito: "Matarás a tu padre y a tu madre". El horror se instaló en sus entrañas. Amaba a sus progenitores más que a su propia vida, y el miedo a convertirse en el instrumento de su muerte lo enloqueció.

Esa noche no durmió. Miró por última vez los rostros dormidos de quienes le dieron la vida y, con el corazón roto, tomó una decisión fatal: para salvarlos, debía desaparecer. Huyó antes del amanecer, tragado por la neblina, sin dejar rastro, creyendo ingenuamente que la distancia podría burlar a la profecía.

Los años pasaron lentos y dolorosos. Los padres de Juan envejecieron prematuramente; sus rostros se llenaron de surcos cavados por las lágrimas y la incertidumbre. Buscaron a su hijo por quebradas y pueblos, pero la tierra parecía habérselo tragado.

Mucho tiempo después, durante las fiestas patronales, llegó al pueblo un "mercachifle", uno de esos vendedores trashumantes que llevan en sus alforjas desde cebo de culebra hasta noticias de mundos lejanos. Los ancianos, aferrados a una última esperanza, le preguntaron por su hijo. El hombre, rascándose la cabeza, recordó:

—En mis viajes a la selva, allá por Tingo María, he visto a un hombre que coincide con sus señas. Se llama Juan, es un hombre triste y solitario.

La esperanza revivió en los corazones marchitos de los ancianos. Vendieron lo poco que tenían y emprendieron el largo viaje. Descendieron de los Andes hacia la selva calurosa, guiados solo por el amor.

Al llegar al caserío señalado, encontraron la casa. Tocaron la puerta y una mujer joven les abrió. Se presentó como la esposa de Juan. Al escuchar la historia de los ancianos, se conmovió hasta las lágrimas; Juan jamás había hablado de su pasado, como si hubiera nacido de la nada.

—Él no está ahora —dijo la mujer—, pero descansen. Están exhaustos.

La esposa, viendo la fatiga extrema de los ancianos, les ofreció la mejor comodidad que tenía: su propia cama, la cama matrimonial. Los padres de Juan, vencidos por el cansancio del viaje y la emoción, se quedaron profundamente dormidos en la penumbra de la habitación. La mujer se retiró a otro cuarto para dejarlos reposar.

La tragedia, paciente, aguardaba su momento.

Juan regresó de un compromiso entrada la madrugada. El alcohol nublaba sus sentidos y avivaba sus demonios. Al entrar a su casa, el silencio le pareció sospechoso. Se dirigió a su dormitorio y, a la luz de la luna que se filtraba por la ventana, vio dos bultos ocupando su lecho.

La sangre se le subió a la cabeza. Los celos y la ira, alimentados por la embriaguez, le cegaron el entendimiento. "¡Traición!", pensó. Sin dudarlo, descolgó su viejo fusil de la pared, aquel que no usaba desde su juventud en la sierra.

Apuntó a las sombras y disparó dos veces. El estruendo sacudió la casa.

La esposa corrió a la habitación, pálida de espanto, y encendió una lámpara. Al ver la escena, su grito desgarró la noche:

—¡Juan! ¡Maldito seas! ¿Qué has hecho? ¡Eran tus padres! ¡Vinieron a buscarte!

Juan, sobrio de golpe por el horror, se acercó a los cuerpos. Allí estaban, los rostros amados que había huido para proteger, ahora bañados en sangre por su propia mano.

Cayó de rodillas, sollozando, mientras el recuerdo del venado en la puna volvía a él con la fuerza de un alud.

—Se ha cumplido... —susurró con voz rota—. La maldición de las jirkas, la sentencia del Gran Dios de la Naturaleza. He huido toda mi vida hacia mi destino.

Miró al cielo, pidiendo un perdón que sabía que no llegaría. Luego, con la lentitud de quien ya está muerto en vida, apoyó el cañón del fusil contra su pecho y, con un último disparo, selló para siempre la tragedia del cazador que intentó vencer al destino.


 

Análisis de Ingeniería y Logística Constructiva en el Complejo Arqueológico de Chavín de Huántar: Una Revisión Metrológica

Resumen El presente trabajo revisa los parámetros de construcción del Centro Ceremonial Chavín de Huántar (Áncash, Perú). A través de una segmentación arquitectónica de sus 10 sectores principales y la aplicación de una hipótesis metrológica basada en la "Vara Chavina" (0.495 m), se recalcula el esfuerzo humano y el tiempo necesario para su edificación. El análisis de ingeniería corrige estimaciones previas, proponiendo que la manipulación de más de medio millón de bloques estandarizados requirió un periodo neto de construcción cercano a los 180 años, distribuido a través de fases discontinuas.

1. Introducción: Anatomía del Monumento.

El complejo arqueológico no es una estructura unitaria, sino el resultado de un proceso dinámico de expansión. Basándonos en la planimetría actual, el sitio se divide en dos núcleos que agrupan 10 componentes estructurales identificados:

  • Núcleo Temprano (Templo Viejo): Incluye el edificio principal (1) que alberga las galerías del Lanzón Monolítico (2) y la Plaza Circular hundida (5).
  • Núcleo Tardío (Templo Nuevo): Comprende la expansión monumental hacia el sur, destacando el edificio conocido como "El Castillo" o Templo Nuevo (3), el Edificio A (4) recientemente investigado, el Portal de las Falcónidas (6) y la Plaza Menor (7).
  • Áreas de Convergencia: Las inmensas áreas abiertas y plataformas de soporte, como la Plataforma Norte (8), la Gran Plaza Mayor o Cuadrada (9) y la Plataforma Sur (10) que colinda con el río Mosna.

2. Metodología: El Módulo Constructivo Estandarizado

Para cuantificar la magnitud de la obra desde el punto de vista de la ingeniería, es necesario definir la unidad base de mampostería (el "ladrillo" conceptual del sistema).

2.1. La Vara Chavina y el Bloque Estándar

Se adopta la hipótesis de una unidad de medida antropométrica estandarizada de 0.495 m (49.5 cm). Definimos un "Bloque Estándar" de construcción como un prisma rectangular de proporciones 2 varas de largo, 1 vara de ancho y 1 vara de alto.

  • Dimensiones Métricas: 0.99 m (largo) x 0.495 m (ancho) x 0.495 m (alto).
  • Volumen Unitario: 0.99 x 0.495 x 0.495 = 0.2426 m³
  • Peso Unitario: Considerando una densidad promedio de 2,700 kg/m³ (mezcla de granito y rocas metamórficas): 0.2426 m³ x 2,700 kg/m³ = 655 kg

3. Estimación Volumétrica por Sectores

El volumen total de material (piedra de cantería más relleno estructural de cascajo y tierra) se estima agrupando los 10 sectores identificados anteriormente:

  1. Grupo Templo Viejo (Sectores 1, 2, 5): Estructuras densas con galerías internas complejas. Volumen estimado: 35,000 m³.
  2. Grupo Templo Nuevo y Edificios Anexos (Sectores 3, 4, 6): La mayor masa constructiva, que incluye la elevación del "Castillo". Volumen estimado: 55,000 m³.
  3. Grupo Plazas y Plataformas (Sectores 7, 8, 9, 10): Movimiento de tierras masivo para nivelación, muros de contención y plataformas de base. Volumen estimado: 40,000 m³.

Volumen Total del Complejo: 35,000 + 55,000 + 40,000 = 130,000 m³

4. Análisis de Logística y Tiempo (Cálculo Corregido)

A continuación, se determina el tiempo de ejecución basado en la capacidad de carga humana y la organización social de la época (posible sistema de mita o trabajo comunal rotativo).

4.1. Cantidad de Bloques

Convertimos el volumen total a unidades de bloques estándar: 130,000 m³ / 0.2426 m³ por bloque = 535,862 bloques

4.2. Organización de la Fuerza Laboral

  • Fuerza Disponible: Se asume un contingente de 1,000 trabajadores durante la temporada de construcción.
  • Tamaño de la Cuadrilla: Para mover un bloque de 655 kg en terreno irregular (fricción, pendientes), se requiere una fuerza de tracción que excede la capacidad individual. Calculando una carga efectiva de tracción de unos 33 kg por persona, más personal para rodillos y dirección, se establece una cuadrilla operativa de 20 hombres.
  • Cuadrillas Simultáneas: 1,000 hombres / 20 hombres por cuadrilla = 50 cuadrillas activas

4.3. Productividad y Ritmo

La extracción en cantera, el transporte (distancias variables entre 1 km y 18 km) y el izado de un bloque de 655 kg es un proceso lento. Se estima una productividad conservadora de 0.5 bloques por cuadrilla al día (un bloque terminado cada dos días por grupo).

  • Avance Diario del Sitio: 50 cuadrillas x 0.5 bloques al día = 25 bloques instalados por día

4.4. Tiempo Total de Ejecución

Considerando que la construcción se realizaba estacionalmente (durante la época seca, para no interferir con la agricultura), se establecen 120 días laborables al año.

  • Avance Anual: 25 bloques al día x 120 días = 3,000 bloques por año
  • Años Requeridos: 535,862 bloques totales / 3,000 bloques por año = 178.6 años

5. Discusión y Conclusiones

El resultado matemático corregido indica un tiempo neto de construcción de aproximadamente 179 años. Esta cifra es coherente con la evidencia arqueológica que sitúa el desarrollo de Chavín a lo largo de varias fases (Urabarriu, Chakinani y Janabarriu) durante un periodo que abarca del 1200 a.C. al 500 a.C.

El análisis de ingeniería sugiere que:

  1. Modularidad: El uso de una medida estándar (Vara Chavina) fue indispensable para coordinar una obra de casi 180 años de duración neta, asegurando que los bloques cortados por una generación encajaran con los de la siguiente.
  2. Complejidad sobre Volumen: Aunque el volumen es masivo, el verdadero reto de ingeniería no fue solo apilar piedras en las plataformas (Sectores 8, 10), sino diseñar los sistemas de drenaje acústico bajo las Plazas (5, 9) y el soporte estructural de las galerías subterráneas del Templo Viejo (1, 2), lo cual habría ralentizado el avance físico calculado.
  3. Jerarquía de Materiales: El cálculo asume una densidad uniforme, pero el transporte de granito y caliza negra para las portadas (Sector 6) desde canteras lejanas representó un costo energético significativamente mayor que el relleno de los andenes, confirmando la sacralidad de esos espacios específicos.

6. Referencias Bibliográficas (APA)

  • Conklin, W. J., & Quilter, J. (Eds.). (2008). Chavín: Art, Architecture, and Culture. Cotsen Institute of Archaeology at UCLA.
  • Kembel, S. R. (2001). Architectural Sequence and Chronology at Chavín de Huántar, Perú. (Tesis Doctoral). Stanford University.
  • Kembel, S. R., & Rick, J. W. (2004). Building Authority at Chavín de Huántar: Models of Social Organization and Development. En Early Horizons in the Andes.
  • Lumbreras, L. G. (2007). Chavín: Excavaciones en la Galería de las Ofrendas. Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
  • Rick, J. W. (2008). The Evolution of Authority and Power at Chavín de Huántar. En Chavín: Art, Architecture, and Culture (pp. 71-89).
  • Rick, J. W. (2017). El Formativo en los Andes Centrales y la arqueología de Chavín de Huántar. Boletín de Arqueología PUCP.