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domingo, 13 de abril de 2014

CHAVIN EN LA VIDA DE JACINTO PALACIOS ZARAGOZA

Al escucha las letras del hermoso huayno ancashino "MUJER ANDINA", quienes conocemos la geografía de nuestra tierra nos imaginamos al enamorado Jacinto cruzar Huancapeti; llegar a Recuay; pasar por Ticapampa, Càtac  y dirigirse a Chavín:

                         "Mujer andina vengo a cantarte toda mis penas y mis dolores
                           horas tras horas he caminado solo por verte linda andinita
                           nevadas punas he caminado solo i triste linda andinita
                           al encontrarme hoy a tu lado gozar quisiera de tu hermosura"

Los bellos paisajes de las vertientes contrastados con la paradisíaca vista de la cordillera blanca, inspiraban al bardo aijino, quién presuroso se dirigía por Querococha cruzar Cahuish,  Tambillos y llegar a Chavìn; y como si hubiese caminado unas horas, dirigirse a la casa de la amada, para la serenata de rigor.

Jacinto Palacios Zaragoza nació en Aija, el dos de julio de 1900;  tierra del sabio Don Santiago Antunez de Mayolo;  desde niño demostró sus grandes cualidades para la música, así muy joven se consolidó como intérprete, guitarrista y especialmente compositor y del mismo modo recopilador de nuestra bella música ancashina.

Casado con la Sra Benilde Coral  García, distinguida dama chavina, esbelta y muy hermosa;  hija mayor de don Adriàn Coral Saenz  y de Doña Fausta García, tuvieron cuatro hijos :  Aurora, Olga, Alfredo y César; los dos últimos ya fallecidos; todos ellos chavinos de pura cepa.

Estuvo en Chavìn en muchas oportunidades,  y al final de su vida,  muy agobiado por su enfermedad, llegó para afincarse definitivamente en la tierra conchucana;  muchos chavinos de esa generación  lo recuerdan con especial cariño y admiración;  su voz y su particular arte de interpretar la guitarra, quedó grabado en los sentidos de los jóvenes que acudían al antiguo "club social" o las veladas artísticas que organizaba el profesor Sebastiàn Barròn Vidal, que a la fecha era Director del Centro educativo;  muchos de los chavinos que hoy tienen entre 70 y 80 años, nos dicen: "mire Sr,  yo tuve la suerte de escuchar al maestro Jacinto Palacios; algunos: tengo el orgullo de haber tocado la guitarra con Don Jacinto", así transcurrió sus últimos días, siendo testigos de su arte el Shallapa; el Mosna y las polvorientas calles del Chavìn antiguo; nuestro recordado y  bucólico pueblo allá en el  corazón del "Callejón de los Conchucos".

En 1935 se inició la construcción del Túnel de Cahuish, que para entonce fue una megaobra, pues se tenìa que perforar en roca viva más de medio kilómetro; con el apoyo de la compañía minera " The Anglo French Ticapampa" se realizó esta importante vía que unía al Callejón de Conchucos con el Callejón de Huaylas y principalmente Lima; Don Jacinto que por entonces vivía en Chavìn, se alistó entre los trabajadores de la obra y por su experiencia fue elegido como uno de los capataces.

"Cuando en 1941 ya había llegado el momento de unir ambos tramos del túnel, se tenía que realizar los últimos dinamitazos. El momento era muy especial, pues la duda era si coincidirían o no, los dos frentes. El capataz, subido en lo alto de una loma, sacó una pistola y se la colocó en la sien y ordenó se ejecute la explotación. A Dios gracias que cuando se despejó el humo y entraron al túnel los obreros, avisaron alborozados que habían coincidido los trabajos y el túnel era una realidad. Recién entonces Jacinto Palacios guardó el arma y pidió una copa de pisco para celebrar". ( escrito por Anibal Torre Camones: en  "personajes  de mi pueblo")

Chavìn fue el pueblo elegido por el gran maestro, para ver por última vez el paisaje de su Ancash natal; una mañana lluviosa del dos de diciembre de 1959, Jacinto dejó de existir y con el nació la leyenda, del trovador que le cantó a la mujer chavina, a su tierra y al Perú profundo.